Cuando la hostilidad derivaba en trabas, la cosa aún se podía aguantar. Lo peor era cuando afectaba a las sentencias. A menudo Szacki tenía la impresión de que sólo estaban ganados los casos en los que el acusado lo confesaba todo ya el primer día de la investigación y después lo repetía tres veces en la sala del tribunal. Los demás eran una lotería.
Ninguno pareció controlar sus emociones de manera forzada, pero tampoco se mostraron exageradamente alterados o impresionados. A menudo así se puede descubrir al asesino, porque finge, o bien una tremenda frialdad, o bien una loca desesperación. Cualquier desviación de la norma resulta sospechosa, pero éstos entran todos en la norma. Más o menos.
Llevaban siete años trabajando juntos y ambos se profesaban una gran estima, pero no eran amigos. Ni siquiera se hablaban de tú, algo que a los dos convenía. Coincidían en que una relación oficial, fría, favorecía el trabajo de los profesionales.
- No piense que quiero hacerle un cumplido, pero le diré que ese traje le queda fenomenal. Parece usted una estrella de la abogacía.
Szacki se giró con una sonrisa en los labios. Se estiró los puños de la camisa, abrochados con unos gemelos de madera que estaban de moda.
- Eso no ha sido un cumplido, señora fiscal, y lo sabe usted muy bien.
- Es posible ser libre, suelo decir yo.
Rudzki se echó a reír. La risa se transformó en un ataque de tos. Se fue corriendo al baño y cuando volvió dijo secándose la cara con una toalla.
- ¿Puede uno ser libre de comer o no comer? En el sistema nadie es libre.
-Todos los fraudes comerciales, las deslealtades, las infidelidades matrimoniales, las mentiras de los flirteos, las medias verdades de los padres, las mentirijillas de los niños. Tal que así, chasquear los dedos y todo quedaría al descubierto. ¿Habría después una sola persona que osara repetir lo que ya dijera ese ídolo suyo al que rodean de un culto ciego; la verdad os hará libres? Lo dudaba.
Todo en ella le parecía absolutamente perfecto y no se podía deber sólo al fin vestido de lino, abierto por todos los lugares donde le convenía estarlo.