jueves, 30 de junio de 2016

D. Quijote de La Mancha. Miguel de Cervantes.

También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles, que, puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias.


Estoyte diciendo que escuses refranes, y en un instante has echado aquí una letanía dellos, que así cuadran con lo que vamos tratando como por los cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que parece mal un refrán traído a propósito; pero cargar y ensartar refranes a troche moche hace la plática desmayada y baja.

Todo estaba sucio. Raúl Barón Biza.

El laboratorio hará inmortal al hombre. Negará el mandato divino de “Volver a la tierra” y la manzana bíblica justificará, cientos de siglos después, la eterna audacia de Eva y la sabiduría de la serpiente.


No publiques este libro… Querrás acusar y no tendrás pruebas. Los jueces están obligados a condenarte. Juraron defender la ley y la ley no te permite decir más verdad que la que ésta afirma que es verdad. Su verdad debe ser tu verdad. Si niegas su verdad, niegas la ley. La ley es la conveniencia del grupo más fuerte, discutirla o negarla es delito, rebelión, cárcel, hambre, muerte. "

martes, 21 de junio de 2016

Rosy and John. Pierre Lemaitre.

El encuentro fortuito que da un vuelco completo a la vida, la placa de hielo traicionera, la respuesta que se pronuncia sin pensar... Las cosas decisivas ocurren en menos de una décima de segundo.

D. Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.

Real y verdaderamente, todos los que gustan de semejantes historias como esta deben de mostrarse agradecidos a Cide Hamete, su autor primero, por la curiosidad que tuvo en contarnos las semínimas della1, sin dejar cosa, por menuda que fuese, que no la sacase a luz distintamente. Pinta los pensamientos, descubre las imaginaciones, responde a las tácitasI, 2, aclara las dudas, resuelve los argumentos; finalmente, los átomos del más curioso deseo manifiesta. ¡Oh autor celebérrimo! ¡Oh don Quijote dichoso! ¡Oh Dulcinea famosa! ¡Oh Sancho Panza gracioso! Todos juntos y cada uno de por sí viváis siglos infinitos, para gusto y general pasatiempo de los vivientes.

domingo, 12 de junio de 2016

El país semanal, 12/6/2016. Javier Marías.

Cuando en política aparece un fervor religioso; cuando la pertenencia a una formación se asemeja a la pertenencia a una secta, y hay un caudillo; cuando sobre sus críticos cae inmediatamente una lluvia de insultos mezclada con alguna lección adoctrinadora para que esos críticos “abran los ojos y abracen la fe”; cuando desde ese partido se habla de “regular” y “controlar” la prensa, y de pedir “adhesión” (palabra franquista donde las haya) a los jueces y a los cargos públicos; entonces, cuando todo eso se junta, sólo toca alejarse corriendo.

martes, 7 de junio de 2016

Sueño de una noche de verano. William Shakespeare.

"Si nosotros, vanas sombras, os hemos ofendido,
pensad sólo en esto y todo está arreglado:
que os habéis quedado aquí durmiendo
mientras han aparecido estas visiones.
Y esta débil y humilde ficción
no tendrá sino la inconsistencia de un sueño,
amables espectadores, no nos reprendáis;
si nos concedéis vuestro perdón, nos enmendaremos..."
"Y a fe de honrado Puck,
que, si hemos tenido la fortuna
de escaparnos ahora del silbido de la serpiente,
procuraremos corregirnos lo antes posible;
de lo contrario, llamad a Puck embustero.
Así, pues, buenas noches a todos.
Dadme vuestras manos, si es que somos amigos,

y Robin os restituirá con resarcimiento."

El camino no elegido. Robert Frost.

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,

Y eso hizo toda la diferencia.

domingo, 5 de junio de 2016

LA CENA. HERMAN KOCH.

"Todas las familias felices se parecen entre sí, pero cada familia desdichada ofrece un carácter peculiar", reza la primera frase de Ana Karenina, de Tolstoi. Sólo me atrevería a añadir que las familias desdichadas, y sobre todo los matrimonios desdichados, nunca pueden estar solos. Cuantos más testigos tengan, mejor. La desdicha busca siempre compañía. La desdicha no soporta el silencio, sobre todo los silencios incómodos que se producen cuando se está a solas.

Nada en especial. Les pedí que hicieran un cálculo sencillo. En un grupo de cien personas ¿cuántos cabrones hay? ¿Cuántos padres que hablan a sus hijos de malas maneras? ¿A cuántos capullos les apesta el aliento, pero no hacen nada para remediarlo? ¿Cuántos quejicas inútiles se pasan la vida lamentándose de injusticias imaginarias que se han cometido contra ellos? Mirad a vuestro alrededor, les dije. ¿Cuántos compañeros de clase preferiríais que no volviesen mañana al colegio? Pensad en ese pariente vuestro, el tío pesado que siempre sale con sus estúpidas anécdotas en las fiestas de cumpleaños, el primo feo que maltrata a su gato. Pensad en el alivio que sentiríais, no sólo vosotros sino toda la familia, si ese tío o ese primo pisaran una mina o fuesen alcanzados por una bomba. Si ese pariente desapareciese de la faz de la tierra. Y pensad ahora en esos millones de víctimas de todas las guerras que ha habido hasta el momento (...), y pensad en los miles o decenas de miles de personas de las que podríamos habernos librado como si fuesen un dolor de muelas. Sólo desde el punto de vista estadístico es imposible que todas esas personas fuesen buena gente, con independencia del bando al que pertenecieran. La injusticia está más bien en el hecho de que los cabrones también van a engrosar la lista de víctimas inocentes. Que sus nombres también aparecen en los monumentos de guerra.

¿Cuántas veces había oído pronunciar mi nombre en apenas un minuto? Cinco. Mi experiencia me dice que cuando la gente repite tantas veces tu nombre es que quiere algo de ti, y suele ser algo que tú mismo no quieres.

Compartíamos algo. Algo que antes no existía. Seguramente no compartíamos lo mismo los tres, pero quizá tampoco fuese necesario. No hay que saberlo todo del otro. Afortunadamente los secretos no estorbaban.

EL CASO TELAK. ZYGMUNT MILOSZEWSKI.

Cuando la hostilidad derivaba en trabas, la cosa aún se podía aguantar. Lo peor era cuando afectaba a las sentencias. A menudo Szacki tenía la impresión de que sólo estaban ganados los casos en los que el acusado lo confesaba todo ya el primer día de la investigación y después lo repetía tres veces en la sala del tribunal. Los demás eran una lotería.

Ninguno pareció controlar sus emociones de manera forzada, pero tampoco se mostraron exageradamente alterados o impresionados. A menudo así se puede descubrir al asesino, porque finge, o bien una tremenda frialdad, o bien una loca desesperación. Cualquier desviación de la norma resulta sospechosa, pero éstos entran todos en la norma. Más o menos.

Llevaban siete años trabajando juntos y ambos se profesaban una gran estima, pero no eran amigos. Ni siquiera se hablaban de tú, algo que a los dos convenía. Coincidían en que una relación oficial, fría, favorecía el trabajo de los profesionales.

- No piense que quiero hacerle un cumplido, pero le diré que ese traje le queda fenomenal. Parece usted una estrella de la abogacía.
Szacki se giró con una sonrisa en los labios. Se estiró los puños de la camisa, abrochados con unos gemelos de madera que estaban de moda. 
- Eso no ha sido un cumplido, señora fiscal, y lo sabe usted muy bien.

- Es posible ser libre, suelo decir yo.
Rudzki se echó a reír. La risa se transformó en un ataque de tos. Se fue corriendo al baño y cuando volvió dijo secándose la cara con una toalla.
- ¿Puede uno ser libre de comer o no comer? En el sistema nadie es libre.

-Todos los fraudes comerciales, las deslealtades, las infidelidades matrimoniales, las mentiras de los flirteos, las medias verdades de los padres, las mentirijillas de los niños. Tal que así, chasquear los dedos y todo quedaría al descubierto. ¿Habría después una sola persona que osara repetir lo que ya dijera ese ídolo suyo al que rodean de un culto ciego; la verdad os hará libres? Lo dudaba.

Todo en ella le parecía absolutamente perfecto y no se podía deber sólo al fin vestido de lino, abierto por todos los lugares donde le convenía estarlo.