jueves, 19 de diciembre de 2024

Miedo. Stefan Zweig.

Cuando una puerta se cerró, fue como si cerrasen la tapa de un ataúd. El mundo estaba muerto, vacío, sólo quedaba su propio corazón palpitando violentamente contra el pecho, aumentando con cada latido el dolor que se apoderaba de su cuerpo petrificado.

Es asombroso que poco tiempo se necesita para despedirse y qué poco valor parece tener todo cuando una sabe que no puede llevárselo consigo.

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