Sabes lo
decepcionante que fueron aquellos primeros meses después de la guerra. Que la
vida de después ya nunca tuvo la tensión, la intensidad que habíamos conocido,
que habíamos disfrutado. Y que, privada de su razón de ser, la atracción que
nos arrastraba a estar juntos resultaba decepcionante. Cuando lo único
decepcionante era la vida, que no estaba a la altura, que era incapaz de cubrir
nuestras expectativas, nuestras necesidades. Adiós a la excitación y a la
angustia, a la fiebre y al miedo… Al maravilloso, incomparable y sublime miedo
a morir… Todo nos empujaba a una vida convencional.
lunes, 11 de julio de 2022
La gran serpiente. Pierre Lemaitre.
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