martes, 28 de noviembre de 2017

El prisionero de Zenda. Anthony Hope.

-A medida que el hombre envejece, más cree en el Destino.

Además, era un hombre joven, amaba la acción y me estaban ofreciendo participar en una clase de juego que quizá nunca ningún otro hombre había jugado.

-¿Me estáis amenazando, Alteza? -preguntó Rupert.
-Una amenaza es la advertencia más inocua que la mayoría de los hombres obtienen de mí.

-No siempre el Cielo hace reyes a los hombres que lo merecen.
-El diablo se entromete en casi todo.

Pero si tal no sucede nunca, si jamás puedo volver a conversar dulcemente con ella, ni a contemplar su rostro, ni a oírle decir que me ama, entonces, de este lado de la tumba seguiré viviendo como corresponde al hombre al que ella dio su amor; y del otro, suplicaré que me sea otorgado un sueño sin sueños.

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