¿Qué quiere decir "nada importante"? Nada de nada, aún no hemos contado nada de nuestras vidas, nada de lo que constituye la vida cotidiana, de la que podría ser importante para alguno de los dos.
Nos comunicamos en el vacío. Hemos tenido la gentileza de confesar a qué actividad profesional nos dedicamos. Tú en teoría me harías una bonita página web y yo, a cambio y en la práctica, la someto a (malos) psicogramas lingüísticos. Eso es todo. Sabemos por una deplorable revista que vivimos en la misma gran ciudad. ¿Y qué más? Nada. No hay ninguna otra persona a nuestro alrededor. No vivimos en ninguna parte. No tenemos edad. No tenemos rostro. No hacemos distinción entre el día y la noche. No vivimos en ninguna época. Lo único que tenemos son nuestras dos pantallas, cada cual de manera estricta y secreta por su cuenta, y compartimos una afición: nos interesamos por una persona absolutamente desconocida.
Después de cinco años de presente sin futuro, por fin me he resignado al pretérito imperfecto.
Lo mejor de todo era siempre volver a empezar. Como a los dos nos apasionaba tanto volver a empezar, lo hacíamos cada dos meses. Cada uno era para el otro "el gran amor de su vida", pero nunca cuando estábamos juntos, sólo mientras nos esforzábamos por volver a estarlo.
Uno adapta sus sentimientos al entorno sin descanso, es indulgente con quienes ama, asume cientos de pequeños roles cotidianos, hace equilibrios, compensa, sopesa para no poner en peligro toda la estructura, pues uno mismo forma parte de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario