...Pone usted cara de tonto: deduzco por tanto que le sorprenden mis deducciones.
-Mucho -reconoció Elis Arce, con los mismos ojos de quien ha presenciado una lluvia de billetes de cien pesetas.
-Lo siento, pero no puedo evitar ser tan inteligente -se disculpó Irene Fo, antes de desembarazarse del albornoz para comenzar a ceñirse las medias-. Fui concebida con ese expreso propósito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario