martes, 27 de marzo de 2012
Constantino Cavafis.
Honor a aquellos que en sus vidas
se dieron por tarea el defender Termópilas.
Que del deber nunca se apartan;
justos y rectos en todas sus acciones,
pero también con piedad y clemencia;
generosos cuando son ricos, y cuando
son pobres, a su vez en lo pequeño generosos,
que ayudan igualmente en lo que pueden;
que siempre dicen la verdad,
aunque sin odio para los que mienten.
Y mayor honor les corresponde
cuando prevén (y muchos prevén)
que Efialtes ha de aparecer al fin,
y que finalmente los medos pasarán.
Lorenzo Silva. El Déspota Adolescente.
jueves, 22 de marzo de 2012
Luces de Bohemia. Valle-Inclán.
Max: ¿Quién eres compañero?
Preso: Un paria.
Max: ¿Catalán?
Preso: De todas partes.
Max: ¡Paria!... Solamente los obreros catalanes aguijan su rebeldía con ese denigrante epíteto. Paria, en bocas como la tuya, es una espuela. Pronto llegará vuestra hora.
Preso: Tiene usted luces que no todos tienen. En Barcelona alimenta una hoguera de odio, soy obrero barcelonés y a orgullo lo tengo.
Max: ¿Eres anarquista?
Preso: Soy lo que me han hecho las leyes.
Max: Pertenecemos a la misma Iglesia.
Preso: Usted lleva chalina.
Max: ¡El dogal de la más horrible servidumbre! Me lo arrancaré para que hablemos.
Preso: Usted no es proletario.
Max: Yo soy el dolor de un mal sueño.
Preso: Parece usted hombre de luces. Su hablar es como de otros tiempos.
Max: Yo soy un poeta ciego.
Preso: ¡No es pequeña desgracia!... En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero.
Max: Hay que establecer la guillotina eléctrica en la puerta del Sol.
Preso: No basta. El ideal revolucionario tiene que ser la destrucción de la riqueza, como en Rusia. No es suficiente la degollación de todos los ricos: siempre aparecerá un heredero, y aun cuando se suprima la herencia no podrá evitarse que los despojados conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sólo se consigue destruyendo la riqueza. Barcelona industrial tiene que hundirse para renacer de sus escombros con otro concepto de la propiedad y del trabajo. En Europa, el patrono de más negra entraña es el catalán, y no digo del mundo porque exixten las Colonias Españolas de América. ¡Barcelona solamente se salva pereciendo!
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Sepulturero: Ese sujeto era un hombre de pluma.
Otro: ¡Pobre entierro ha tenido!
Sepulturero: Los papeles lo ponen por hombre de mérito.
Otro: En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
J. Sfortuna.
¿Por qué se teme tanto a la soledad? Porque no se sabe convivir con ella. No la quiero, tampoco la detesto. No la quiero pero la necesito. La necesito para conocerme a mí mismo. La necesito para conocer a los demás. La necesito para sentir tristeza. La necesito para para conocer mi alma. La necesito para estremecerme. Cuando te tengo, anhelo la compañía. Cuando no te tengo, te echo de menos. A veces, te huelo al pasar. A veces te veo cruzar la calle. A veces creo que bailas entre la gente. Nadie se percata de ello. Creo que soy el único que te ve. Te veeeeeo. Deseo que te acerques y me beses mas nunca te lo pediré. Ven. Abrázame. Envuélveme con tus brazos. Hazme sentir especial por unos segundos. Ya te vas.
jueves, 1 de marzo de 2012
J. Sfortuna.
Aún recuerdo aquellas noches interminables, riendo y bebiendo, castigando a la vida. Con esa amistad y compañerismo que no es posible encontrar después.
A la vez también se recuerdan aquellos días de desasosiego, de inquietud, propios de una personalidad sin fijar.
Con qué encanto se recuerda todo ahora, incluso los malos momentos, que los hubo también. El aderezo de la vida.