¿Cómo convencer a unos gobernantes iletrados y gañanes de que nuestra capacidad para manejar la lengua condiciona directamente la calidad de nuestro pensamiento, no digamos la comprensión de lo complejo? ¿De que cuanto peor la conozcamos y usemos, más tontos seremos? ¿Cómo hacer ver a una gran parte de la sociedad —la irremisiblemente idiotizada— que la Filosofía y la Literatura son lo que nos convierte en personas, en vez de en seres simples y embrutecidos llenos de información y de aparatos tecnológicos con los que —ay— hacer el chorras?
viernes, 23 de mayo de 2025
martes, 6 de mayo de 2025
Las fuerzas contrarias. Lorenzo Silva.
Lo vi dudar. Lo vi sufrir... era uno de esos idiotas que se creen lo que dicen creer.
Todos acarreamos en nuestro interior a los varios o los muchos que hemos sido, de todos ellos se alimentan nuestras fortalezas y nuestras debilidades.
A veces la vida se presenta así. Inapelable. Y sólo queda acatarla.
Nos habíamos hecho a tenerlo todo controlado, a que los problemas fueran predecibles, o más bien a la ilusión de que lo eran. Esto nos devuelve a lo que de verdad somos: un milagro que se sostiene en la incertidumbre.
Qué razón tenía quien dijo que las palabras son poderosas, y que cuando son las justas llegan al fondo y obligan a quien las escucha a pensar en lo importante.
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