Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que
nunca sucedió.
Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma.
La vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo depende de nuestra fortuna. El recuerdo de esos momentos nos acompaña para siempre y se transforma en un país de la memoria al que tratamos de regresar durante el resto de nuestra vida sin conseguirlo.
La mezquindad de los hombres es una mecha en busca de llama.
A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación.
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