martes, 25 de agosto de 2020

Los días del abandono. Elena Ferrante.


Por eso había aprendido a hablar poco y de forma meditada, a no tener nunca prisa, a no correr siquiera para coger el autobús, a alargar lo más posible mis tiempos de reacción, llenándolos de miradas perplejas, de sonrisas inciertas.

A mí, en cambio, me retumbaban en la cabeza todas las quejas que tenía guardadas; muchas palabras habían rebasado ya la línea tras la cual no eres capaz de preguntarte lo que es oportuno decir y lo que no.

...me gustaban los autores que te obligan a asomarte por cada renglón para mirar abajo y sentir el vértigo de la profundidad, de la negrura del infierno.

...me acercaba a la ventana y sentía las ráfagas de viento que chocaban contra los árboles del parque y la oscuridad muda de la noche, apenas iluminada por la luz de las farolas, con sus estrellas luminosas eclipsadas por el follaje. Durante aquellas largas horas fui la centinela del dolor, velé junto a un montón de palabras muertas.

Consumimos y perdemos nuestra vida solo porque hace mucho tiempo un tipo con ganas de descargarnos dentro su pene fue amable y nos eligió entre todas las mujeres. Tomamos por cortesías dirigidas sólo a nosotras el banal deseo de follar. Nos gustan sus ganas de follar, estamos tan obcecadas con él que creemos que son ganas de follar precisamente con nosotras, sólo con nosotras. Oh, sí, él, que tan especial y que nos ha reconocido como especiales. Les damos un nombre a esas ganas de coño, las personalizamos, las llamamos <>. ¡Al diablo con todo, menudo engaño, menudo estímulo infundado! Igual que una vez folló conmigo, ahora folla con otra, ¿qué pretendo? El tiempo pasa, una se va, otra viene.

Su tono me agradó. Era el tono de un tímido que intenta parecer un hombre de mundo, pero sin convicción.

El futuro, a partir de cierto punto, es sólo una necesidad de vivir en el pasado.

¿Cuántos pensamientos, gestos, tonos, gustos, costumbres sexuales me había transmitido a lo largo de los años?...¿Cómo podía arrancármelo definitivamente del cuerpo y de la mente sin tener que descubrir que así me arrancaba a mí misma?

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