lunes, 5 de noviembre de 2018

Lisístrata. Aristófanes.

Lisístrata.- ¿Pues qué te creías? ¿Suponías acaso que venías contra esclavas o es que no sabes que las mujeres tienen arrestos?

Consejero.- ¿Con la lana, las madejas y los husos como modelo creéis que podréis acabar con asuntos tan graves? Estáis locas.
Lisístrata.- También vosotros si tuvierais cabeza haríais toda vuestra política tomando el manejo de la lana como modelo.
Consejero.- ¿Cómo es eso, vamos a ver?
Lísistrata.- Ante todo, como se hace con los vellones, habría que desprender de la ciudad en un baño de agua toda la porquería que tiene agarrada, quitar los nudos y eliminar a los malvados, vareándolos sobre un lecho de tablas, y a los que aún se quedan pegados y se apretujan para conseguir cargos arrancarlos con el cardador y cortarles la cabeza; cardar después en un canastillo la buena voluntad común, mezclando a todos lo que la tienen sin excluir a los metecos y extranjeros que nos quieren bien, y mezclar también allí a los que tienen deudas con el tesoro público y además, por Zeus, todas las ciudades que cuentan con colonos salidos de esta tierra, comprendiendo que todas ellas con para nosotros como mechones de lana esparcidos por el suelo cada cual por su lado. Y luego, cogiendo de todos ellos un hilo, reunirlos y juntarlos aquí y hacer con ellos un ovillo enorme y tejer de él un manto para el pueblo.

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