lunes, 1 de octubre de 2018

La vida vale la pena, ya verás. Agnès Martin-Lugand.

¿Cómo había podido pensar que la vida no seguiría su curso sin mí?

La vida había puesto en mi camino a un hombre que no pensaba en la paternidad ni en la transmisión de su patrimonio genético. Era todo lo que necesitaba. Sin embargo, me daba cuenta de que prefería la compañía de personas golpeadas por la vida, y aquello me irritaba, era como un latigazo.

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