miércoles, 16 de marzo de 2016

Un millón de gotas. Víctor del Árbol.

Y sin embargo, entonces cruzó aquella línea roja que ella misma había trazado: puedes fantasear con las vidas que quieras, pero esta es la que tienes, la que has elegido y por la que debes pelear. rompió la regla y tuvo un romance de varios meses con un viejo amigo de la universidad, de esos que reaparecen en tu vida para convencerte de que te perdiste algo en el pasado y que todavía estás a tiempo de recuperarlo.

... Y él creía en la arrogancia de las palabras. Sobrevaloraba su uso, sin darse cuenta de que las palabras son a veces como cristales rotos, y que no puedes empujar a alguien a caminar sobre ellas con los pies desnudos.

Tiene más posibilidades de salir de esto con vida que cualquiera de nosotros.
- ¿A qué precio?
Claude le miró como si fuese un loco o un niño que no comprendía lo que veía ante sus propias narices.
- Al que sea preciso, Elías. Uno sólo puede arrepentirse de sus actos si tiene una vida que llenar con remordimientos. Y para eso, hay que salir de aquí.

Gestos inútiles, créeme. No hay héroes en el infierno, y es ahí adonde vamos.
Ígor soltó despacio el rostro compungido de Elías. Acercó el libro a la linterna de petróleo y dejó que la llama cobrase vida lamiendo sus páginas.
- NO voy a quitarte el abrigo. Esperaré aquí sentado a que vengas a suplicarme que lo acepte. Y cuando lo haga, lo utilizaré como sudario para enterrarte.

Era todo pasión, y eso significaba que era un hombre libre.

Las casualidades sólo son una apariencia en la que se escudan los que no necesitan saber más.

La memoria es algo prodigioso. Inventa como quiere el relato de una vida, utiliza lo que le conviene y desecha lo que le estorba, y es como si nada hubiese existido.

- Acabas de decirle a esa niña que yo maté a su madre. 
- ¿Y no es cierto? Suena horrible, porque lo es. Hicimos lo que teníamos que hacer para sobrevivir. Como ahora. Y cuando todo esto pase nos juzgarán con mucha dureza, te lo aseguro. Tus hijos y tus nietos te señalarán con el dedo, te llamarán salvaje y asesino. De mí dirán cosas peores, lo sé. Y tendrán razón, pero ningún de ellos estará aquí, ni en Názino. Los jueces siempre juzgan desde su atalaya. Con un poco de suerte, si la moneda cae de cara, otros escribirán que fuiste un héroe de la Revolución...

Alguien empujó a tu padre a una dicotomía irresoluble: el héroe y sus virtudes contra el hombre y sus necesidades. Venció el monstruo, tu padre tomó su elección: vivir...

Los hombre astutos nunca imponen su voluntad. Hacen creer a los demás que actúan motu propio. El esclavo más fiel es aquel que se siente libre.

...Incapaz de asumir que aunque intentes ponerte de perfil, la vida no se olvida que estás ahí y te lo hace saber, a menudo de forma injusta.

La juventud sólo humilla la vejez de los que no han vivido suficientes vidas.

Peones blancos y negros prescindibles en una y otra vanguardia con tal de salvaguardar los movimientos de las piezas maestras.

Un aria no es muy distinta al grito de guerra de cualquier batalla, expresa la misma potencia desesperada y a menudo habla de las mismas cosas: el miedo, el valor, el heroísmo. Pero lo que es bel canto en un escenario es salvajismo en un campo repleto de fango, explosiones y muertos. Eso es ser civilizado, y le reconozco muchas ventajas. Por ejemplo, he aprendido que el verdadero dolor se inflige con una aguja y no con un hacha..

Y cuando finalmente Siaka empuñó el arma y pensó que después de todo se había equivocado al mantenerse firme en su convicción de no ceder al chantaje de Luis. Pensó que las convicciones sólo sirven para morir más arropado.

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