...Sus comentarios inconformistas, que antaño le habían rejuvenecido, ahora lo convertían, pese a su aspecto engañoso, en un personaje inactual, fuera de nuestro tiempo, y por tanto, viejo.
...Desde hacía ya muchos años, había empezado a odiar los cumpleaños. Por culpa de las cifras que les encasquetaban. Aún así, no conseguía ignorarlos porque, en él, era más fuerte el placer de ser festejado que la vergüenza de envejecer.
...Sólo desde lo alto del infinito buen humor puedes observar debajo de ti la eterna estupidez de los hombres, y reírte de ella.
...¡Despierta! Ella no es para ti.
Ya lo sé, pero déjame lamentarlo.
...Hay tantas representaciones del munod como hay personas en nuestro planeta; eso crea inevitablemente el caos; ¿cómo poner orden a ese caos? La respuesta es clara: imponiendo a todo el mundo una única representación. Y sólo se puede imponer gracias a una única voluntad, una única, inmensa voluntad, una voluntad por encima de todas las demás voluntades. Esto es lo que he hecho mientras las fuerzas me lo han permitido. ¡Y os lo aseguro que, bajo el dominio de una gran voluntad, la gente termina por creer cualquier cosa!
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