martes, 6 de septiembre de 2011

...Aquí me tienen, cruzando un camino de algodón hasta la dura y seca frontera. Al fondo, en el horizonte un sol anarajando que convierte el blanco camino en un gris desierto de ondulantes grumos de algodón de azúcar. Lo que siempre había leído, descrito en libros, o visto, en películas, ahora lo estaba viviendo. Siento que quiero descubrir la inmensidad del mundo. Conocer lugares de frontera. Lugares alejados de la seguridad de Europa. De una Europa burguesa y conservadora que ha dejado de ser el motor que hacía girar el mundo...

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