Y tú, sueño, que a veces vienes a cerrar los ojos del dolor, róbame por algún tiempo a mi propia compañía.
Si nosotros, vana s sombras, os hemos ofendido, pensad sólo esto, y todo quedará arreglado: que os habéis quedado aquí durmiendo mientras han aparecido esas visiones. Y esta débil y humilde ficción no tendrá sino la inconsistencia de un sueño, amables espectadores, no nos reprendáis; si nos concedéis vuestro perdón, nos enmendaremos. Y a fe de honrado Puck, que, si hemos tenido la fortuna de escaparnos ahora del silbido de la serpiente, procuraremos corregirnos lo antes posible; de lo contrario, llamad a Puck embustero. Así, pues, buenas noches a todos. Dadme vuestras manos, si es que somos amigos, y Robín os restituirá con resarcimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario