domingo, 22 de marzo de 2020

Sospechas. Herman Koch.

Ninguna vergüenza es tan grave que no valga la pena vivir.

Quién vive sin vergüenza es más libre, está más cerca de la naturaleza.

La felicidad, me decía entonces, y todavía lo hago -o quizá, en lugar de felicidad, debería decir satisfacción-, está estrechamente vinculada a la aceptación de la realidad que te ha tocado. De tu propio cuerpo. De tu constitución. En cuanto al cuerpo, hay mucho que hacer. Puedes adelgazar si crees que estás gordo, puedes hacer pesas si te avergüenza que se te noten tanto las costillas. Pero respecto a la cara poco se puede hacer... Te mira desde el espejo. "Esto es lo que hay -te dice sin parpadear-. Vas a tener que conformarte

A veces me pregunto si realmente estaba prevista la existencia de la vida humana. Buscamos a voces en el espacio, pero imagínate que estamos solos de verdad. Un Universo gigante y vacío al que se le ha ido de las manos un planeta en un rincón, un planeta minúsculo que casi pasa desapercibido. Un error. Una reacción en cadena. No dejamos de hablar de contaminación, pero imagínate por un momento que la contaminación somos nosotros.

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