No sé vosotros, pero yo estoy harto de que la gente me cuente su vida y además se muestre siempre convencida de que su vida tiene que importarme un huevo.
El ser humano tiene una propensión natural a reconocer el principio de autoridad. Sólo hay que hacerla sentir, sin miramientos de ninguna clase. Con espontaneidad y resolución.
Me miraba como si estuviera soñando.
Cada lector del Quijote crea su experiencia vida de él a partir de las cenizas escritas que dejó un difunto ilustre, pero difunto, llamado Miguel de Cervantes. Y el libro, que ya no necesita a Cervantes, necesita en cambio a ese lector que lo resucita, y que seguramente lo convierte en algo diferente de lo que el propio Cervantes se propuso hacer. La comunidad literaria, en cada época, no es un conjunto de escritores, en cada época, no es un conjunto de escritores, sino de lectores.
La lectura es comunicación en el seno de la soledad.
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