domingo, 9 de diciembre de 2012

‎"Antes del estruendo vi literalmente cambiar el color del aire. Un estallido naranja puro, vivísimo... Éramos hojas en un vendabal.

Un instante de felicidad animal, de euforia pura.

De pronto me hallé en otro infierno, el del exterior.

Destellos de odio vivo lanzados desde carne muerta.

La tristeza de estar muerto.

¿Por qué no me siento a charlar con él, le pido que me hable de ello, paseamos contándonos nuestras cosas? Se nos van los minutos sin hablar, se nos van las horas y los días; la vida pasa de largo si nos descuidamos, nos deja atrás."

Invasor. Fernando Marías.