miércoles, 26 de agosto de 2009
martes, 18 de agosto de 2009
Yo no pago a la mafia. Pizzofree. Isabel Buendía.
A los sicilianos no les gusta hablar de la mafia con los extranjeros, lo consideran una cosa privada, Cosa Nostra la llaman, pero la Mafia existe y ha escrito su historia con sangre por toda la isla a lo largo de los últimos siglos. Sangre de hombres valientes como los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino que trataron de acabar con la organización criminal y fueron asesinados en 1992 cuando sus investigaciones comenzaron a implicar a la administración del estado, y sangre de ciudadanos que se negaban a pagar el “pizzo”, la tasa de protección que se paga periódicamente y que la organización criminal exige a aquellos que tienen un negocio o un comercio. Según datos de la Fiscalía de Palermo un 80% de los comerciantes paga a la mafia y todo aquel que no paga se arriesga a sufrir intimidaciones, primero será un incendio en su local, después vendrán los ataques que pueden suponer desde lesiones hasta la muerte. Según la Confederación Italiana de Comerciantes, la mafia recauda casi 100.000 millones de euros sólo en Italia.
En 2004 unos amigos que querían abrir un bar se plantearon qué iban a hacer si les llegaba la petición del dinero de la extorsión. No abrieron el bar pero fueron el origen de una revolución en la isla contra la opresión de la mafia. Una mañana de junio las calles barrocas de Palermo despertaron tapizadas de adhesivos donde se leía: ”Un pueblo entero que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad” Desde entonces aquellos jóvenes y otros muchos dan vida al Comité AddioPizzo, una asociación que ayuda a los que deciden oponerse a esta forma de opresión. Y dentro de esta asociación se creó “la lista de consumo crítico” que engloba ya a 420 emprendedores y comerciantes que se oponen públicamente a la extorsión, de esta forma los consumidores saben a quién comprar sin que su dinero beneficie a la mafia.
Una última iniciativa fruto de este movimiento ha sido la creación del “ punto pizzofree L´Emporio”, ideado por Fabio Messina, 30 años, comerciante inscrito en la asociación. Con su enoteca, ha decidido dar un paso más y ayudar a sus colegas centralizando en un pequeño gran supermercado el punto de venta de los productos libres de “pizzo” . “Así es más fácil también para los consumidores que en vez de andar de una tienda a otra, pueden encontrar todo lo que necesitan en el mismo lugar”- dice Valeria di Leo, esposa de Fabio. Aquí se pueden encontrar objetos de madera y cerámica, artesanía tradicional y productos biológicos de las cooperativas que gestionan terrenos confiscados a la mafia, como vinos, pasta y conservas, además del punto internet más económico de Palermo (1 euro/hora).
El punto pizzofree se encuentra en pleno centro de Palermo, en via Vittorio Emanuele, 172, a pocos pasos de la Antica focacceria San Francesco, un restaurante histórico de la ciudad, abierto en 1834, por donde pasaron entre otros ilustres, Garibaldi o Pirandello y que ahora es también un lugar simbólico de esta nueva lucha contra el crimen organizado. El propietario, Vincenzo Conticello señaló con el dedo ante un tribunal a los hombres que puntualmente se presentaban a pedirle el pizzo, decidiendo así la condena de los extorsionadores. Desde entonces vive amenazado de muerte y va siempre acompañado de escolta policial.El juez Falcone dijo poco antes de ser asesinado:”Quien tiene miedo muere cada día, quien no tiene miedo sólo muere una vez”. Los comerciantes que se han unido para negarse a pagar a la mafia, están consiguiendo erradicar el miedo y mantener viva la libertad en las calles de Palermo.
En 2004 unos amigos que querían abrir un bar se plantearon qué iban a hacer si les llegaba la petición del dinero de la extorsión. No abrieron el bar pero fueron el origen de una revolución en la isla contra la opresión de la mafia. Una mañana de junio las calles barrocas de Palermo despertaron tapizadas de adhesivos donde se leía: ”Un pueblo entero que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad” Desde entonces aquellos jóvenes y otros muchos dan vida al Comité AddioPizzo, una asociación que ayuda a los que deciden oponerse a esta forma de opresión. Y dentro de esta asociación se creó “la lista de consumo crítico” que engloba ya a 420 emprendedores y comerciantes que se oponen públicamente a la extorsión, de esta forma los consumidores saben a quién comprar sin que su dinero beneficie a la mafia.
Una última iniciativa fruto de este movimiento ha sido la creación del “ punto pizzofree L´Emporio”, ideado por Fabio Messina, 30 años, comerciante inscrito en la asociación. Con su enoteca, ha decidido dar un paso más y ayudar a sus colegas centralizando en un pequeño gran supermercado el punto de venta de los productos libres de “pizzo” . “Así es más fácil también para los consumidores que en vez de andar de una tienda a otra, pueden encontrar todo lo que necesitan en el mismo lugar”- dice Valeria di Leo, esposa de Fabio. Aquí se pueden encontrar objetos de madera y cerámica, artesanía tradicional y productos biológicos de las cooperativas que gestionan terrenos confiscados a la mafia, como vinos, pasta y conservas, además del punto internet más económico de Palermo (1 euro/hora).
El punto pizzofree se encuentra en pleno centro de Palermo, en via Vittorio Emanuele, 172, a pocos pasos de la Antica focacceria San Francesco, un restaurante histórico de la ciudad, abierto en 1834, por donde pasaron entre otros ilustres, Garibaldi o Pirandello y que ahora es también un lugar simbólico de esta nueva lucha contra el crimen organizado. El propietario, Vincenzo Conticello señaló con el dedo ante un tribunal a los hombres que puntualmente se presentaban a pedirle el pizzo, decidiendo así la condena de los extorsionadores. Desde entonces vive amenazado de muerte y va siempre acompañado de escolta policial.El juez Falcone dijo poco antes de ser asesinado:”Quien tiene miedo muere cada día, quien no tiene miedo sólo muere una vez”. Los comerciantes que se han unido para negarse a pagar a la mafia, están consiguiendo erradicar el miedo y mantener viva la libertad en las calles de Palermo.
sábado, 15 de agosto de 2009
El blog del Inquisidor. Lorenzo Silva.
"Tengo treinta y seis años y mi vida se ha venido abajo al menos un par de veces. Pero aquellos que dicen que conocer el dolor, y sobreponerse a él, te prepara para enfrentarlo en el futuro, se equivocan o mienten. El dolor siempre es joven e inapelable, como la mirada que te reclama desde los ojos de un niño".
"Sé que el mal es consustancial a mi alma, y que haga lo que haga, de ella no lograré arrancarlo".
"Todo eso acabó creando un monstruo con vida propia, que pervivió más allá de lo concebible. Ésa es la vergüenza mayor de la Inquisición española, frente a la de otros lugares. No su crueldad o el número de víctimas, que fueron muchas menos, en cuatro siglos, de las que causaron en alguna matanza singular los protestantes alemanes. Sino su permanencia como sistema de vigilancia, hostigamiento y eliminación del libre pensamiento hasta bien entrado el siglo XIX".
"En algún momento pasó por mi cabeza la idea de que mi infringimiento era una prueba de valor, de singularidad, incluso de grandeza. El mundo está lleno de corderos mansos que obedecen por miedo o por falta de ocaciones y de imaginación para salirse del redil. Yo ya nunca sería como ellos, había tenido el coraje de saltar la valla y arriesgarme a las consecuencias. Pero mi arrogancia duró tanto, o tan poco, como mi impunidad. Cuando me vi expuesto a esas consecuencias, se vino abajo. Como fray Francisco, en vez de sostener ante el tribunal mi herejía, renegué de ella, me sometí a la ortodoxia y pedí perdón. No tuve la fortaleza para permanecer impenitente, y esa claudicación echó por tierra todas mis pretensiones anteriores. Los valientes, los singulares, los grandes, no se humillan ante el inquisidor. Se mantienen firmes y se ganan la hoguera. Y con ella el respeto".
"Nadie es inocente, y sólo los imbéciles y los canallas pretenden serlo. La humanidad es incompatible con la inocencia, y pese a ello, todos los humanos merecemos vivir. La culpa no nos hace inferiores: es la que da testimonio de nuestra condición. Por eso no debemos dejar que nos aplasten con ella, y tampoco rehuirla. Se puede ser culpable y salvarse. Lo que nos condena, Theresa, es la debilidad".
"Miré a mi alrededor y vi que muchos de los que hasta allí me acompañaban habían desaparecido. Sin embargo, no todos se fueron, y aún aparecieron algunos con los que no contaba". (cita que indica sacada de El Quijote).
"Es posible que ante el Dios de lo alto se salven los bondadosos; y es una bella idea, además. Pero aquí abajo los que se salvan son quienes tienen la voluntad de no dejarse vencer. Nuestros actos no se pesan en la balanzade lo que es justo o es injusto, en el sentido moral que a esos coneptos solemos atribuirles; es decir, lo que está mal o está bien. Un viejo filósofo griego, Trasímaco, sostenía (si hemos de creer a Platón) que lo justo es aquello que conviene al más fuerte. Por decir eso (o porque el chivato de Platón le colgó la frase) lo han despellejado sin piedad a lo largo de los siglos. Pero aquel buen hombre no hizo otra cosa que sintetizar, en muy pocas palabras, la ley que rige el funcionamiento de la única justicia de la que podemos decir algo con conocimiento de causa, que es la que imparten los hombres".
"Sé que el mal es consustancial a mi alma, y que haga lo que haga, de ella no lograré arrancarlo".
"Todo eso acabó creando un monstruo con vida propia, que pervivió más allá de lo concebible. Ésa es la vergüenza mayor de la Inquisición española, frente a la de otros lugares. No su crueldad o el número de víctimas, que fueron muchas menos, en cuatro siglos, de las que causaron en alguna matanza singular los protestantes alemanes. Sino su permanencia como sistema de vigilancia, hostigamiento y eliminación del libre pensamiento hasta bien entrado el siglo XIX".
"En algún momento pasó por mi cabeza la idea de que mi infringimiento era una prueba de valor, de singularidad, incluso de grandeza. El mundo está lleno de corderos mansos que obedecen por miedo o por falta de ocaciones y de imaginación para salirse del redil. Yo ya nunca sería como ellos, había tenido el coraje de saltar la valla y arriesgarme a las consecuencias. Pero mi arrogancia duró tanto, o tan poco, como mi impunidad. Cuando me vi expuesto a esas consecuencias, se vino abajo. Como fray Francisco, en vez de sostener ante el tribunal mi herejía, renegué de ella, me sometí a la ortodoxia y pedí perdón. No tuve la fortaleza para permanecer impenitente, y esa claudicación echó por tierra todas mis pretensiones anteriores. Los valientes, los singulares, los grandes, no se humillan ante el inquisidor. Se mantienen firmes y se ganan la hoguera. Y con ella el respeto".
"Nadie es inocente, y sólo los imbéciles y los canallas pretenden serlo. La humanidad es incompatible con la inocencia, y pese a ello, todos los humanos merecemos vivir. La culpa no nos hace inferiores: es la que da testimonio de nuestra condición. Por eso no debemos dejar que nos aplasten con ella, y tampoco rehuirla. Se puede ser culpable y salvarse. Lo que nos condena, Theresa, es la debilidad".
"Miré a mi alrededor y vi que muchos de los que hasta allí me acompañaban habían desaparecido. Sin embargo, no todos se fueron, y aún aparecieron algunos con los que no contaba". (cita que indica sacada de El Quijote).
"Es posible que ante el Dios de lo alto se salven los bondadosos; y es una bella idea, además. Pero aquí abajo los que se salvan son quienes tienen la voluntad de no dejarse vencer. Nuestros actos no se pesan en la balanzade lo que es justo o es injusto, en el sentido moral que a esos coneptos solemos atribuirles; es decir, lo que está mal o está bien. Un viejo filósofo griego, Trasímaco, sostenía (si hemos de creer a Platón) que lo justo es aquello que conviene al más fuerte. Por decir eso (o porque el chivato de Platón le colgó la frase) lo han despellejado sin piedad a lo largo de los siglos. Pero aquel buen hombre no hizo otra cosa que sintetizar, en muy pocas palabras, la ley que rige el funcionamiento de la única justicia de la que podemos decir algo con conocimiento de causa, que es la que imparten los hombres".
viernes, 7 de agosto de 2009
Roma
La escuela de Atenas (museos vaticanos)
Vista de Roma desde la cúpula de la Basílica de San Pedro

Techo de los museos vaticanos.

Techo de los museos vaticanos.
lunes, 3 de agosto de 2009
domingo, 2 de agosto de 2009
Hacía cinco o seis años.
Apenas recordaba tu tacto sobre mi piel. Mucho tiempo ha pasado desde nuestro último encuentro. Tu sabor salado me ha recordado tiempos y momentos que no pensé volver a vivir jamás. ¡Dios! La Libertad, cuánto sabor en tan breve periodo de tiempo, quizás sea por eso, porque te vas difuminando conforme me alejo de ti. Nunca querré estar contigo plenamente pero sí saborearte brevemente durante toda mi vida. Quién vivió si nunca te tuvo entre sus brazos.Ven, aléjate, quiéreme, aléjate, abrázame, aléjate. Nunca olvidaré los momentos en los que estuvimos juntos.
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