martes, 28 de abril de 2009

Fortunata y Jacinta. Benito Pérez Galdós.

"La conciencia es la intimidad total del ser racional consigo mismo".

"Más sabe el que vive sin querer saber que el que quiere saber sin vivir".

"Para asimilarse a Andalucía y sentirla bien en sí es preciso introducir en el cuerpo toda la manzanilla que éste puede contener".

"El pueblo es muy inocente, es tonto de remate; todo se lo cree con tal que se lo digan con palabras finas".

"Esto es una pillería, esto es una vergüenza. Todo país tiene el gobierno que se merece, y aquí no puede gobernar más que un hombre que esté siempre con una estaca en la mano".

"¿Portera de Ministro? No hijo, no tanto... Español habría de ser. Siempre picando alto y queriendo servir al Estado".

""Ahí tienes lo que las personas sacan de ser demasiado buenas. Los ángeles, como que están acostumbrados a volar, no andan por la Tierra sin dar un traspié a cada paso".

"El verdadero señorío jamás se complace en humillar a los inferiores".

"Sé que es condición precisa del amor la no duración, y que todos los que se comprometen a adorarse de por vida, el 90%, créetelo, a los dos años se consideran prisioneros el uno del otro, y darían algo por soltar el grillete".

"porque cuando más aseguradas están las materialidades de la vida, más segura es la conservación del honor. La mitad de las deshonras que hay en la vida no son más que pobreza chica, pobreza".

Historia de una maestra. Josefina Aldecoa.

"Siempre me ha sorpendido la dificultad que el ser humano tienen para soportar las molestias cotidianas y la valentía con que afronta las situaciones excepcionales".

lunes, 13 de abril de 2009

El Pritzker premia la autenticidad.

El Pritzker ha vuelto a premiar a un solitario. El jurado lo ha descrito como un "creador de lugares más que de simples edificios", pero Peter Zumthor (Basilea, 1943) fue ebanista antes que arquitecto. Y esa huella está presente en todos sus edificios. Incluso en los que no son de madera. Hijo de carpintero, estudió diseño en el Pratt Institute de Nueva York antes de convertirse en arquitecto. Allí quedó fascinado por el movimiento moderno. Y decidió reparar sus errores: incorporarle calidad. Y calidez.

Con ese equipaje, desde un puesto de encargado de preservar los monumentos históricos, y con la voluntad de cuajar una relectura de los métodos constructivos y los materiales tradicionales, con 46 años Zumthor firmó la Capilla de San Benedicto en el valle del Rhin. Corría 1989 y la imagen en blanco y negro de ese diminuto edificio le valió al ermitaño fama mundial. Aparecía un arquitecto más artesano que intelectual. Continuó trabajando sin apenas salir de su pueblo, Haldenstein, donde ha criado a sus tres hijos. Y siete años después volvió a mover ficha. Para entonces el carpintero suizo -él mismo declaró a EL PAÍS: "Sólo soy un carpintero que dice la verdad"- construyó con piedra.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Pritzker/premia/autenticidad/elpepucul/20090413elpepicul_1/Tes