En el caso de un
asesinato político no es importante saber quién ha disparado la bala, sino quién
ha pagado por ella.
La mayoría de los hombres van por la vida sin saber lo que buscan.
Todo comienza con palabras que muy pronto se convierten en realidades concretas. Cuando no existen hechos que puedan servir de base a las mentiras, todo es cuestión de crear esos hechos: de la nada.