miércoles, 23 de marzo de 2022

Sodoma y Gomorra. Marcel Proust.

"En ese juego del escondite que se juega encarnizadamente en la memoria cuando se quiere encontrar un nombre no hay una serie de aproximaciones graduales. No se ve nada, hasta que, de repente, aparece el nombre exacto y muy diferente de lo que se creía adivinar. No es que el nombre haya venido a nosotros. No, más bien creo que a medida que vamos viviendo, pasamos el tiempo en alejarnos de la zona donde un nombre se dibuja bien distinto, y si yo, de repente, atravesé la oscuridad y vi claro, fue por un ejercicio de mi voluntad y de mi atención, que aumentaba la acuidad de mi mirada interior. En todo caso, si hay transiciones entre el olvido y el recuerdo, son transiciones inconscientes. Pues los nombres de etapa por los que pasamos antes de encontrar el nombre verdadero son falsos, y no nos acercan en nada a él. En rigor, ni siquiera son nombres, si no, muchas veces, simples consonantes"

"«Pero usted es igual que nosotros, si no mejor», parecían decir los Guermantes en todos sus actos; y lo decían de la manera más gentil que puede imaginarse, para ser queridos, admirados, pero no creídos; distinguir el carácter ficticio de esta amabilidad es lo que ellos llamaban estar mal educado; creer que era real, eso era mala educación."

"pasado el tiempo, las diferencias sociales y aun las individuales se funden en la uniformidad de una época."

"un hombre de gran talento prestará menos atención que un tonto a la tontería de otro."

"Aunque sólo sea por atavismo, por semejanzas familiares, es inevitable que el tío sermoneador tenga aproximadamente los mismos defectos que el sobrino al que le han dado la misión de amonestar. Y lo hace sin ninguna hipocresía, porque le engaña esa facultad que los hombres tienen de creer, en cada nueva circunstancia, que se trata de «otra cosa», facultad que les permite adoptar errores artísticos, políticos, etc., sin darse cuenta de que son los mismos que, hace diez años, tuvieron ellos por verdades a propósito de otra escuela de pintura que condenaban, de otra cuestión política que se creían en el deber de odiar, de la que han renegado y a la que luego se adhieren sin reconocerla bajo un nuevo disfraz."

"En realidad, siempre descubrimos a posteriori que nuestros adversarios tenían una razón para ser del partido a que pertenecen y que no es por lo que en ese partido puede haber de justo, y que a los que piensan como nosotros les ha llevado a ello la inteligencia si su naturaleza moral es demasiado baja para poder invocarla, o la rectitud si su penetración es escasa."

"el más peligroso de todos los recelos es el de la culpa misma en el ánimo del culpable. El conocimiento permanente que tiene de ella le impide suponer lo ignorada que es generalmente, lo fácil que se creería una mentira completa, y darse cuenta, en cambio, de en qué grado de verdad comienza para los demás la confesión en las palabras que él cree inocentes."

"Porque a las perturbaciones de la memoria están ligadas las intermitencias del corazón. Sin duda es la existencia de nuestro cuerpo, semejante para nosotros a un vaso en el que estuviera nuestra espiritualidad, lo que nos induce a suponer que todos nuestros bienes interiores, nuestros goces pasados, todos nuestros dolores están perpetuamente en nuestra posesión. Acaso es también inexacto creer que se van o vuelven. En todo caso, si permanecen en nosotros es, generalmente, en un dominio desconocido donde no nos sirven de nada y donde hasta las más usuales son repelidas por recuerdos de orden diferente y que excluyen toda simultaneidad con ellas en la conciencia. Pero si volvemos a dominar el cuadro de sensaciones donde se conservan, tienen a su vez el mismo poder de expulsar todo lo que les es incompatible, de instalar, sólo en nosotros, el yo que las vivió."

"no supe contener unas palabras impacientes y molestas que —lo noté en una contracción de su cara— la hirieron; y ahora que ya era imposible para siempre el consuelo de mis besos, era a mí a quien herían aquellas palabras. Pero ya nunca podría borrar aquella contracción de su rostro y aquel dolor de su corazón, o más bien del mío; pues como los muertos ya no existen sino en nosotros, es a nosotros mismos a quienes herimos sin tregua cuando queremos recordar los golpes que en vida les asestamos."

"Sin embargo, como el instinto de conservación, la ingeniosidad de la inteligencia para preservarnos del dolor, comenzaban ya a poner sobre las ruinas todavía humeantes, los primeros cimientos de su obra útil y nefasta, saboreaba yo demasiado la dulzura de recordar tales o cuales juicios del ser querido, de evocarlos como si todavía pudiera pronunciarlos, como si existiera, como si yo siguiera existiendo para ella. Pero en cuanto logré dormirme, a aquella hora, más real, en que mis ojos se cerraron a las cosas de fuera, el mundo del sueño (en cuyo umbral la inteligencia y la voluntad, momentáneamente paralizadas, no podían ya librarme de la crueldad de mis impresiones verdaderas), reflejó, refractó la dolorosa síntesis, por fin restablecida, de la supervivencia y del no ser, en la profundidad orgánica y ahora traslúcida de las vísceras misteriosamente iluminadas."

"las personas, a medida que las vamos conociendo, son como un metal sumergido en un líquido que le ataca: se ve cómo pierden poco a poco sus cualidades (y a veces sus defectos)."

"Cada vez que hablaba de estética, sus glándulas salivares, como las de algunos animales en la época del celo, entraban en una fase de tal hipersecreción que la boca desdentada de la anciana señora dejaba pasar a la comisura de los labios, ligeramente bigotudos, unas gotas cuyo sitio no era aquél."

"el efecto del alcohol trazaba una línea que casaba el deseo con la acción. Se acabaron la duda y el miedo."

"La mirra es el perfume de las nubes, pero también de Protógonos, de Neptuno, de Nerea, de Leto; el incienso es el perfume del mar, pero también el de la bella Diquea, de Temis, de Circe, de las nueve musas Eos, de Mnemosine, del día, de Dikayosuné. En cuanto al estoraque, el"

"¿quién de nosotros, al despertar, no ha sentido cierta desilusión por haber experimentado, dormido, un placer que, una vez despierto, no podemos renovar indefinidamente"

"quizá porque la otra vida, aquella en que dormimos, no está —en su parte profunda— sometida a la categoría del tiempo."

"El ser que yo seré después de la muerte no tiene más razones para acordarse del hombre que yo soy desde mi nacimiento que éste para acordarse de lo que fui antes de él."

"me asustaba pensar que este sueño tuvo la nitidez del conocimiento. ¿Tendría el conocimiento, recíprocamente, la irrealidad del sueño?"

"es raro que el sueño ponga así en la vida despierta unos recuerdos que no mueren con él."

"Los niños, al hacerse mayores, recuerdan con rencor a los que han sido malos para ellos."

"En el desorden de las nieblas de la noche que arrastraban aún sus jirones rosados y azules sobre las aguas sembradas de los restos de nácar de la aurora, pasaban unos barcos sonriendo a la luz oblicua que teñía de amarillo sus velas y la punta del bauprés como cuando vienen de arribada al anochecer: escena imaginaria, entelerida y desierta, pura evocación del poniente, pero sin apoyarse, como el atardecer, en la sucesión de las horas del día que yo tenía costumbre de verle preceder, escena tenue, interpolada, más inconsistente todavía que la horrible imagen de Montjouvain que no lograba anular, cubrir, esconder —poética y vana imagen del recuerdo y del sueño."

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