martes, 27 de octubre de 2020

Línea de fuego. Arturo Pérez-Reverte.

Contemplándolo con súbita piedad -siempre imaginó a los fascistas vivos y de otra manera-, Pato considera que en ese mismo instante, en algún lugar lejano, tal vez haya una madre, una hermana, una novia que despiertan pensando en él sin saber que está muerto.

 

... fuera los comunistas, en España no hay revolucionarios de verdad; sobran consignas huecas y falta sentido científico para el socialismo, en una nación fácil para la algarada, el arrebato, el heroísmo inútil y el ejercicio animal de la barbarie, pero refractaría a ser mandada por nadie. Para buena parte de los españoles de izquierdas, dar órdenes o acatarlas sin debate previo son actos fascistas. La prueba es que, antes del golpe de Franco, el sindicato que más afiliados tenía eran los anarquistas de la CNT.

 

-¿Por qué eres comunista, camarada Patricia?

Tarda la joven en responder. Oír su nombre en boca de ese hombre casi desconocido le produce una inseguridad extraña. Y en cierto modo, placentera.

-Porque es el único patido español casi completamente obrero -responde tras un momento-. Y eso supone trabajo, disciplina, eficacia, heroísmo silencioso...

-Y poca democracia.

-La democracia está sobrevalorada -afirma ella con calor-. Sólo es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano.

-Sí, ya sé... Se la defiende hasta que deja de ser necesaria. Una simple fase previa a la dictadura del proletariado.

 

Les Forques siente un doble orgullo: estar de regreso en su tierra y hacerlo en combate, ganado cada paso con esfuerzo y peligros. Demostrando a los separatistas de la Generalidad -esa gentuza oportunista e infame- que no todos los catalanes son esclavos sumisos o chusma enloquecida por el desvarío marxista; y también al resto de españoles, incluido el generalísimo Franco, que pese al viejo pistolerismo, el Alzamiento fracasado, las turbas en armas y las checas donde se tortura y se asesina, hay otra Cataluña noble, leal, que no se rinde y lucha. Que está dispuesta a borrar con su sangre, al fin, la desconfianza que un apellido catalán, hablar la lengua catalana, ha infiltrado en el corazón de tantos españoles que, mal informados, miden a todos con el mismo rasero. Por eso es tan importante el Tercio de Montserrat, piensa. Por lo que simboliza y retribuye.

 

Todos nacieron de una mujer, igual que de un momento a otro pueden morir a manos de un hombre. Y esa hembra estremecida de dolor, gritando y sollozando mientras la vieja y el practicante se afanan para uqe alumbre lo que lleva en sus entrañas, les cuenta su propia historia y la de las mujeres y niños a los que aman, amaron o amarán. Es el más antiguo rito humano el que compite ahora con la muerte: con lo que espera arriba en cuanto acabe la tregua que todos parecen acatar, pues no suenan disparos, y la noche y la guerra, en su breve y engañosa calma, concedan un aliento a la vida.

 

... en aquella República agria y triste en la que con tal de seguir en el poder, los políticos de Madrid pagaban a los separatistas con trozos de España.

 

-Los hombres se han batido como jabatos -dice-. Ahora se creen a salvo por una temporada, después de la machada que hicieron.

Le sostiene Pardeiro la mirada, inquisitivo.

-¿Y?

-Bueno, nada... Que va a pedirles que vuelvan ahí abajo.

-A ordenarles, sargento.

El joven ha remarcado la graduación. Pestañea ligeramente el otro.

-Sí, claro, mi alférez. A ordenarles que vuelvan a combatir.

-Son legionarios, ¿no?

-Por supuesto. Gruñirán por lo bajo, pero nadie va a protestar en voz alta. De eso me encargo yo... Aunque debería usted decirles algo.

Se frota Pardeiro la nariz.

-Algo, dice.

-Sí.

-¿Como qué?

-Pues no sé... El oficial es usted.

-Supón que el oficial fueras tú.

Los piensa Vladimiro.

-Cualquier cosa -concluye- que no los haga sentirse simple carne de cañón.


Cualquier hombre lúcido necesita un testigo, imagino. Y si ese testigo es una mujer, mejor todavía... Hay cosas que sólo están en vosotras.

-¿Qué cosas?

-Aprobación o sanción. No hay medalla, no ha premio comparable a eso, cuando ocurre. Ni condena tan inapelable, en el caso opuesto.


Los sucesos de Barcelona me hicieron pensar mucho -comenta el inglés-. Estuve viendo cómo se mataban entre sí, y comprendí que esa enfermedad tiene difícil curación. A veces pienso, y me aterra pensarlo, que sólo un dictador salido de un bando u otro controlaría esto. Y el que lo haga, sea quien sea, rojo o azul, lo sumirá todo en un baño de sangre. Incluso después de vencer, prolongará durante algún tiempo la carnicería.

(...)

¿Sabes lo que me dijo en Barcelona un viejo comunista, de ésos irreductibles?

-No.

-Cuando esto acabe, dijo, ajustaremos cuentas con los de Franco, pero también con traidores a la República como Companys, Aguirre y algunos otros. Los mismos a los que fusilarían los fascistas, los fusilaremos nosotros. Pasarán algunos años hasta que todo esté como debe estar... Nivelado, fue la palabra que usó.

(...)

-Y sin embargo, son gente maravillosa -dice Vivian.

-Lo son -acuerda Tabb-. Por eso duele verlos luchar morir de esta manera. TAn bárbaramente inocentes, tan orgullosos.

-Tan bravos y tenaces.

-Sí. Italia está de rodillas bajo el payaso de Mussolini, Alemania es un siniestro autómata del partido nazi, las democracias europeas miran hacia otro lado con Hitler y con Stalin, y hasta en Gran Bretaña se impone un fascismo de guante blanco...

-También mis compatriotas estadounidenses se creen a salvo, como si nada fuera con ellos.

(...)

A veces pienso que los españoles son los únicos lúcidos -dice-. Comprenden que lo práctico de una guerra civil es que uno sabe a quién mata. Por eso no se han doblegado, no transigen y luchan la batalla que otros no se atreven a dar o no creen necesaria... Dan una lección a un mundo al que no parece importar que la biblia del futuro sea Mein Kampf. Por eso, con todos sus defectos y desastres, admiro tanto a estos analfabetos, orgullosos, desorientados, irreductible hijos de puta.

viernes, 23 de octubre de 2020

Recuerdos de la guerra de España. George Orwell.

 "En las masas, los extraordinarios cambios de opinión que hay en la actualidad, las emociones que se pueden abrir y cerrar como un grifo, son un efecto de la hipnosis que producen la prensa y la radio. En los intelectuales, yo diría que son efecto del dinero y de la seguridad personal pura y simple."


 "Pero lo que me llamó mucho la atención por aquellas fechas, y sigue llamándomela desde entonces, es que los individuos se creen las atrocidades o no se las creen basándose única y exclusivamente en sus inclinaciones políticas. Todos se creen las atrocidades del enemigo y no dan crédito a las que se cuentan del bando propio, sin molestarse en analizar las pruebas."


"En realidad vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de vista de lo que había ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía que haber ocurrido según las distintas «líneas de partido»."


"Hay que recordar esto si se quiere enfocar con objetividad la guerra civil española. Cuando se piensa en la crueldad, miseria e inutilidad de la guerra —y en este caso concreto, en las intrigas, las persecuciones, las mentiras y los malentendidos— siempre es una tentación decir: «Los dos bandos son igual de malos; me declaro neutral». En la práctica, sin embargo, no se puede ser neutral, y difícilmente se encontrará una guerra en la que carezca de importancia quién resulte vencedor, pues un bando casi siempre tiende a apostar por el progreso, mientras que el otro es más o menos reaccionario. El odio que la República española suscitó en los millonarios, los duques, los cardenales, los señoritos, los espadones y demás bastaría por sí solo para saber lo que se cocía. En esencia fue una guerra de clases. Si se hubiera ganado, se habría fortalecido la causa de la gente corriente del mundo entero; pero se perdió y los inversores de todo el mundo se frotaron las manos. Esto fue lo que sucedió en el fondo. Lo demás no fue más que espuma de superficie."


"El resultado de la guerra civil española se determinó en Londres, en París, en Roma, en Berlín, pero no en España. Después del verano de 1937, los que veían las cosas tal y como eran se dieron cuenta de que el gobierno no podría ganar la guerra si no se producía un cambio radical en el escenario internacional. Si Negrín y los demás decidieron proseguir la lucha se debió en parte a que esperaban que la guerra mundial que estalló en 1939 lo hubiera hecho en 1938".


"La desunión del bando republicano, de la que tanto se habló, no estuvo entre las causas fundamentales de la derrota. Las milicias populares se organizaron deprisa y corriendo, estaban mal armadas y hubo falta de imaginación en sus planteamientos militares, pera nada habría sido diferente si se hubiera alcanzado un acuerdo político global desde el principio."


"En cuanto a los rusos, sus motivos en relación con la guerra española son completamente inescrutables. ¿Intervinieron en ella, como creían los izquierdosos, para defender la democracia y frustrar los planes nazis? En ese caso, ¿por qué intervinieron a una escala tan ridícula y al final dejaron a España en la estacada? ¿O intervinieron, como sostenían los católicos, para promover la revolución? En ese caso, ¿por qué hicieron todo lo posible por abortar todos los movimientos revolucionarios, por defender la propiedad privada y por ceder el poder a la clase media y no a la clase trabajadora? ¿O intervinieron, como sugerían los troskistas, únicamente con intención de impedir una revolución en España? En ese caso, ¿por qué no apoyaron a Franco?"


"De todos modos, la guerra civil española puso de manifiesto que los nazis, a diferencia de sus oponentes, sabían lo que se traían entre manos. La guerra se libró a un nivel tecnológico bajo y su estrategia fundamental fue muy sencilla: el bando que tuviera armas, vencería. Los nazis y los italianos dieron armas a sus aliados españoles, mientras que las democracias occidentales y los rusos no hicieron lo propio con los que deberían haber sido sus aliados."

 

"Si fue justo o no animar a los españoles a seguir luchando cuando ya no podían vencer, como hicieron todos los izquierdistas extranjeros, es una pregunta que no tiene fácil respuesta. Incluso yo pensaba que era justo, porque creía que es mejor, incluso desde el punto de vista de la supervivencia, luchar y ser conquistado que rendirse sin luchar. No podemos juzgar todavía los resultados de la magna estrategia de la lucha contra el fascismo. Los ejércitos andrajosos y desarmados de la II República resistieron durante dos años y medio, mucho más, indudablemente, de lo que esperaban sus enemigos. Pero no sabemos aún si de ese modo alteraron los planes fascistas o si, por el contrario, se limitaron a posponer la gran guerra y a dar a los nazis más tiempo para calentar los motores de su maquinaria bélica."

sábado, 10 de octubre de 2020

El maestro y Margarita. Mijaíl Bulgákov.

"El hombre es mortal, y, como acertadamente se dijo, es mortal de repente."

"Digan lo que digan, siempre hay algo malo escondido en los hombres que huyen del vino, de las cartas, de las mujeres hermosas o de una buena conversación."

"Vete de mi memoria, sólo entonces seré libre...»."