"Como tantas otras cosas, lo
que le imprime a mi vida, de un tiempo a esta parte, una penosa sensación de
liturgia demasiado repetida para comparecer en ella con la suficiente energía,
o lo que es lo mismo, fingiendo algún interés en su desarrollo. Y a pesar de
ello me doy cuenta de que tengo que tomármelo en serio, de que es algo grave,
de que habrá dolor y desastres y alguien, quizá yo misma, se verá necesitada de
recibir del prójimo piedad y comprensión."
"Un error táctico que
desembocó en algunas voces, reproches ya antiguos, argumentos que no aspiran a
persuadir, y al final el cansancio y el silencio."
"Sé lo que sigue luego,
conozco bien la sal y la soledad y el espanto del naufragio, así que no es
inconsciencia ni ignorancia, sino quizá algo mucho peor. La necesidad oculta de
desbaratarlo todo, de no llegar a estar nunca en casa, abrigada, a salvo de
cualquier contrariedad."
"Quiero creer que no soy
sólo yo, que a partir de cierta edad, y la edad en cuestión llega pronto, mucho
más pronto de lo que nos gustaría, todas las mujeres, pero también todos los
hombres, se sienten atrapados en un ritual ridículo cuando se miran en el
espejo. Un examen donde el ego que cada cual guarda en un estuche mugriento
apremia para darse una aprobación indulgente e inmerecida, esa que jamás le
daríamos a quien no lleva nuestro nombre ni nuestra osamenta, si se ofreciera
en una desnudez tan miserable a nuestra malévola contemplación."
"Cuándo nos volvimos tan
imbéciles como para objetar lo que la naturaleza le adjudicó a cada cual,
abriendo este melón odioso al que nos asomamos una y otra vez, atrapados en el
dilema de dejarnos llevar por la moda, siempre banal y alienante, o apostar por
un criterio personal que pueda fallarnos en la coyuntura más inoportuna."
"Hace tanto tiempo que he
dejado de creer en lo que hago, y por qué lo hago, que veo a estas personas
también descreídas y desalojadas de sus ilusiones, si alguna vez las tuvieron,
y me pregunto cómo hemos permitido que nos reduzcan a lo que nos han reducido.
Cómo hay quien puede, incluso, mantener sus esfuerzos y su entusiasmo prendidos
en alguna medida a la tarea, a cambio de ese sucedáneo de combustible vital que
es el cumplimiento de una ambición empresarial o dineraria."
"Me pareció maravillosamente
elegante tu forma de estar y no estar allí. De acompañar a tu mujer, como era
tu obligación, me gusta la gente que cumple con su obligación, pero sin dejar
que te rozara por un momento la nube de chorradas que flotaba en la fiesta. Me
gusta la gente que no se deja atrapar, que sabe quedarse al margen, echarse a
un lado y dejar que ardan otros en los fuegos fatuos."
"no creo que pueda intuirlo
siquiera, pero hundiéndome en ella me libero de todos mis logros, que son mi
extravío; de todas mis capitulaciones, que son los hierros de mi prisión; de
mis descoloridas esperanzas, que son el señuelo de la trampa en la que vivo
cayendo. No creo que lo perciba, pero en ella me atrevo a todo lo que la nada
que tengo me empuja a atreverme. En ella soy, y a la vez dejo de ser."
"Sigo viéndolo todo como esa
niña que aquí comprendió que estaba sola, que siempre estaría sola, y que con
los demás sólo podían negociarse arreglos más o menos fugaces, más o menos
inseguros, amenazados de ruina por todas partes, empezando por mí misma,
término ineludible de la ecuación y factor primero de su fragilidad y de su
predisposición al colapso."
"hay personas que no se
hacen en nuestra vida el sitio suficiente para que les debamos la verdad."
"Es penoso, incluso un poco
sórdido, que el amor, la vida y las ilusiones compartidas se zanjen en estos
términos, burocráticos y patrimoniales. Que todo lo que quede de la pasión,
cuando la pasión ya no está, sean papeles de notarios y de jueces que sólo
resuelven el destino de las cosas, muebles e inmuebles, mientras nadie se ocupa
de encauzar la zozobra de las personas. Y es aún más penoso cuando eres tú
quien lo ha desencadenado todo."
"—Si dejas que otra persona
se vaya haciendo un hueco en tus días, el compromiso, de una manera u otra,
acaba apareciendo."
"No sé qué odio más, si los
giros indirectos, si los eufemismos o si el nauseabundo subjuntivo, la peor de
las muchas formas de no llamar a las cosas por su nombre que han inventado los
políticos y sus voceros."
"Permíteme que como
despedida, antes de disolverme en la nada y en el silencio eterno, te deje una
pregunta, que es la que importa de veras, la única a la que es imperativo y
perentorio que aciertes a encontrar una respuesta: ¿cuánto de verdad eres
tú?"