domingo, 15 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
lunes, 2 de mayo de 2011
Los enamoramientos. Javier Marías.
"Qué fácil resulta la esfumación de alguien, pensaba. Basta con que cambie de trabao o de casa para que uno ya no vuelva a saber más de él ni a verlo en la vida. O incluso con que le modifiquen el horario. Qué frágiles son los vínculos tan sólo visuales."
"Cuando uno ha sido abandonado, se puede fantasear con un retorno, con que al abandonador se le hará la luz un día y volverá a nuestra almohada, incluso si sabemos que ya nos ha sustituido y que está enfrascado con otra mujer, en otra historia, y que sólo va a acordarse de nosotros si de pronto le va mal en la nueva, o si insistimos y nos hacemos presentes contra su voluntad e intentamos preocuparlo o ablandarlo o darle lástima o vengarnos, hacerle sentir que nunca se librará de nosotras del todo, que no queremos ser un recuerdo menguante sino una sombra inamovible que lo va a rondar y acechar siempre; y hacerle la ivda imposible, y en realidad hacerlo odiarnos. En cambio no se puede fantasear con un muerto, a no ser que perdamos el juicio, hay quienes eligen perderlos, aunque sea transitoriamente, quienes consientes en ello mientras logran convencerse de que lo sucedido ha sucedido, lo inverosímil y aún lo imposible, lo que ni siquiera cabía en el cálculo de probabilidades por el que nos regimos para levantarnos a dierio sin que una nube plomiza y siniestra nos inste a cerrar los ojos de nuevo..."
"Por favor, soy un hombre muy grave que se debate entre la vida y la muerte y además no tengo culpa, no he hecho nada para que me acuchillen, bajé de mi coche como tantos días y de repente noté un aguijón en la espalda, y luego otro y otro y otro en otras partes del cuerpo y ni siquiera sé cuántos, me di cuenta de que sangraba por los cuatro costados y de que me tocaba morirme sin haberme hecho a la idea ni habérmelo yo buscado. Déjenme pasar, se lo suplico, ustedes no llevan ni la mitad de prisa, y si hay una posibilidad de alvarme depende de que llegue a tiempo. Hoy es mi cumpleaños y mi mujer no sabe nada, aún me estará aguardando sentada en un restaruante y dispuesta a celebrarlo, me debe de tener un regalo, una sorpresa, no permitan que me encuentre ya muerto."
"¿Sabes cuál es una de las cosas peores? No poder enfadarme ni echarle la culpa a nadie. No poder odiar a nadie pese a haber tenido Miguel una muerte violenta, a haber sido asesinado en plena calle. Si lo hubieran matado con un motivo, porque iban por él, sabiendo quién era, porque alguien lo veía como un obstáculo o quería vengarse, qué sé yo, al menos para robarle..."
"Supongo que también él necesitaba enemigos, alguien a quien echar la culpa de su desgracia. Lo que hace todo el mundo, por otra parte, las clases bajas como las medias y las altas y los descladados; nadie acepta ya que las cosas pasan a veces in que haya un culpable, o que existe la mala suerte, o que las personas se tuerecen y se echan a perder y se buscan ellas solas la desdicha o la ruina. Tu mismo te has forjado tu ventura, pensé recordando, citando a Cervantes, cuyas palabras, en efecto, no se tiene ya en cuenta."
"Para qué esto y para qué lo otro, para qué el dinero, o un negocio y su urdimbre, para qué una casa y una biblioteca, para qué salir y trabajar y hacer proyectos, para qué tener hijos y para qué nada. Nada dura lo bastante porque todo se acaba, y una vez acabado resulta que nunca fue bastante, aunque durara cien años."
"Me imagino que sobre todos, pasada la desperación inicial, pasado el duelo, y esas dos cosas duran mucho, sumadas, le daría una pereza infinita todo el proceso. Ya sabes: conocer a alguien nuevo, contarle la propia vida aunque sea a grandes rasgos, dejarse cortejar o ponerse a tiro, estimular, mostrar interés, enseñar la mejor cara, explicar cómo es uno, escuchar cómo es el otro, vencer recelos, habituarse a alguien y que ese alguien se habitúe a uno, pasar por alto lo que desagrada. Todo eso la aburriría , y a quién no, si bien se mira. Dar un paso y luego otro, y otro. Es muy cansado y tiene inevitablemente algo de repetitivo y ya probado, para mí no lo quisiera a mis años. Parece que no, pero son muchos pasos hasta volver a asentarse."
"A nadie le agrada que le anuncien que no tiene posibilidades con alguien, aunque ese alguien no le interese ni se haya planteado conquistarlo. Muchas seducciones se han llevado a cabo, o por lo menos se han iniciado por despecho o desafío, sólo por eso, por una apuesta o para refutar un aserto. El interés viene luego. Suele venir en esas ocasiones, lo suscitan las maniobras y el propio empeño. Pero no está al principio, o en todo caso no está antes de la disuasión o reto."
"Este tiempo ha pasado, aunque sea el nuestro, y por eso no está en nuestras manos el final de nada, porque si dependiera de ellas todo continuaría indefinidamente, contaminándose y ensuciándose, sin que ningún vivo parsara jamás a ser muerto."
"Cuando uno ha sido abandonado, se puede fantasear con un retorno, con que al abandonador se le hará la luz un día y volverá a nuestra almohada, incluso si sabemos que ya nos ha sustituido y que está enfrascado con otra mujer, en otra historia, y que sólo va a acordarse de nosotros si de pronto le va mal en la nueva, o si insistimos y nos hacemos presentes contra su voluntad e intentamos preocuparlo o ablandarlo o darle lástima o vengarnos, hacerle sentir que nunca se librará de nosotras del todo, que no queremos ser un recuerdo menguante sino una sombra inamovible que lo va a rondar y acechar siempre; y hacerle la ivda imposible, y en realidad hacerlo odiarnos. En cambio no se puede fantasear con un muerto, a no ser que perdamos el juicio, hay quienes eligen perderlos, aunque sea transitoriamente, quienes consientes en ello mientras logran convencerse de que lo sucedido ha sucedido, lo inverosímil y aún lo imposible, lo que ni siquiera cabía en el cálculo de probabilidades por el que nos regimos para levantarnos a dierio sin que una nube plomiza y siniestra nos inste a cerrar los ojos de nuevo..."
"Por favor, soy un hombre muy grave que se debate entre la vida y la muerte y además no tengo culpa, no he hecho nada para que me acuchillen, bajé de mi coche como tantos días y de repente noté un aguijón en la espalda, y luego otro y otro y otro en otras partes del cuerpo y ni siquiera sé cuántos, me di cuenta de que sangraba por los cuatro costados y de que me tocaba morirme sin haberme hecho a la idea ni habérmelo yo buscado. Déjenme pasar, se lo suplico, ustedes no llevan ni la mitad de prisa, y si hay una posibilidad de alvarme depende de que llegue a tiempo. Hoy es mi cumpleaños y mi mujer no sabe nada, aún me estará aguardando sentada en un restaruante y dispuesta a celebrarlo, me debe de tener un regalo, una sorpresa, no permitan que me encuentre ya muerto."
"¿Sabes cuál es una de las cosas peores? No poder enfadarme ni echarle la culpa a nadie. No poder odiar a nadie pese a haber tenido Miguel una muerte violenta, a haber sido asesinado en plena calle. Si lo hubieran matado con un motivo, porque iban por él, sabiendo quién era, porque alguien lo veía como un obstáculo o quería vengarse, qué sé yo, al menos para robarle..."
"Supongo que también él necesitaba enemigos, alguien a quien echar la culpa de su desgracia. Lo que hace todo el mundo, por otra parte, las clases bajas como las medias y las altas y los descladados; nadie acepta ya que las cosas pasan a veces in que haya un culpable, o que existe la mala suerte, o que las personas se tuerecen y se echan a perder y se buscan ellas solas la desdicha o la ruina. Tu mismo te has forjado tu ventura, pensé recordando, citando a Cervantes, cuyas palabras, en efecto, no se tiene ya en cuenta."
"Para qué esto y para qué lo otro, para qué el dinero, o un negocio y su urdimbre, para qué una casa y una biblioteca, para qué salir y trabajar y hacer proyectos, para qué tener hijos y para qué nada. Nada dura lo bastante porque todo se acaba, y una vez acabado resulta que nunca fue bastante, aunque durara cien años."
"Me imagino que sobre todos, pasada la desperación inicial, pasado el duelo, y esas dos cosas duran mucho, sumadas, le daría una pereza infinita todo el proceso. Ya sabes: conocer a alguien nuevo, contarle la propia vida aunque sea a grandes rasgos, dejarse cortejar o ponerse a tiro, estimular, mostrar interés, enseñar la mejor cara, explicar cómo es uno, escuchar cómo es el otro, vencer recelos, habituarse a alguien y que ese alguien se habitúe a uno, pasar por alto lo que desagrada. Todo eso la aburriría , y a quién no, si bien se mira. Dar un paso y luego otro, y otro. Es muy cansado y tiene inevitablemente algo de repetitivo y ya probado, para mí no lo quisiera a mis años. Parece que no, pero son muchos pasos hasta volver a asentarse."
"A nadie le agrada que le anuncien que no tiene posibilidades con alguien, aunque ese alguien no le interese ni se haya planteado conquistarlo. Muchas seducciones se han llevado a cabo, o por lo menos se han iniciado por despecho o desafío, sólo por eso, por una apuesta o para refutar un aserto. El interés viene luego. Suele venir en esas ocasiones, lo suscitan las maniobras y el propio empeño. Pero no está al principio, o en todo caso no está antes de la disuasión o reto."
"Este tiempo ha pasado, aunque sea el nuestro, y por eso no está en nuestras manos el final de nada, porque si dependiera de ellas todo continuaría indefinidamente, contaminándose y ensuciándose, sin que ningún vivo parsara jamás a ser muerto."
"... y a él era evidente que le agradaba y divertía mi compañia, desde luego en la cama pero también fuera de ella, y es esto último lo determinante, o si lo primero es necesario no basta, es insuficiente sin lo segundo, y yo contaba con ambas ventajas."
"ay de quien se echa un enemigo de estas características por débil y menesteroso que parezca ser; si uno no tiene ganas ni tiempo de deciarle la misma pasión y respnder con igual intensidad acabará sucumbiendo ante él, porque no es posible combatir distraído en una guerra, sea declarada o soterrada u oculta, ni menospreciar el adeversario terco, aunque lo creamos inocuo y sin capacidad de dañarnos, ni siquiera de arañarnos: en realidad cualquiera nos puede aniquilar, de la misma manera que cualquiera puede conquistarnos, y esa es nuestra fragilidad esencial. Si alguien decide destruirnos es muy difícil evitar esa destrucción, a menos que abandonemos todo lo demás y nos centramos sólo en esa lucha."
"A ninguno debe ofendernos que alguien se conforme con nosotros, a falta de quien fue mejor."
"Bueno, acaso su interlucitor era uno de esos hombres que tanto abunda, a los que sólo puede hablarse con un vocabulario determinado, el suyo, no con el que uno emplea normalmente, a los que más vale adaptarse siempre para que no recelen ni se sientan incómodos o disminuidos."
"Y al salir de la casa unos minutos más tarde, que pregunté, como siempre, si volvería a entrar allí. Sólo que esta vez no fue sólo con esperanza y deseo, sino que se mezclaron, qué fue; no sé si fue respugnancia, o pavor, o si fue más bien desolación."
"En toda relación desigual y sin nom bre ni reconocimiento explícito, alguien tienda a llevar la iniciativa, a llamar a proponer encontrarse, y la otra parte tiene dos posibilidades o vías para alcanzar la misma meta de no esfumarse y desaparecer en seguida, aunque crea que de todas formas será ese su destino final. Una es limitarse a esperar, no dar nunca un paso, confiar en que pueda añorársela y en que su silencio y su ausencia resulten insospechadamente insoportables o preocupantes, porque todo el mundo se acostumbra pronto a loq ue se le regala o a lo que hay. La segunda vía es intentar colarse con disimulo en la cotidianeidad de ese alguien, persistir sin insistir, hacerse sitio con pretextos varios, llamar no a proponer nada, eso está vedado aún, sino a consultar cualquiera cosa, a pedir consejo o un favor, a contar lo que nos ocurre, la manera más eficaz y drástica de involucrar, o dar alguna información; estar presente, actuar como recordatorio de uno mismo, tararear en la distancia, zumbar, dar lugar a un hábito uqe se instala imperceptiblemente y como a hurtadillas, hasta que un día ese alguien se descubre echando en falta la llamada que se ha hecho consuetudinaria, siente algo parecido al agravio, o es la sombra de un desamparo, e, impaciente, levanta el teléfono sin naturalidad, improvisa una excusa absurda y se sorprende marcando él."
"El mundo está lleno de perezosos y de pesimistas que nada consiguen porque a nada se aplican, después se permiten quejarse y se sienten frustados y alimentan su resentimiento hacia lo externo; así son la mayoría de los individuos, holgazanes idiotas, derrotados de antemano, por su instalación en la vida y por sí mismos."
"¿Por qué crees que los políticos mandan tropas a las guerras que declaran, si es que se molestan aún en declararlas? Ellos, a diferencia de los otros, no podrían hacer el trabajo de los soldados, pero es más que eso. En todos los casos hay una autosugestión enorme, que proporcionan la mediación y la distancia de lo que ocurre, y el privilegio de no presenciarlo. Parece increíble, pero así funciona, yo lo he comprobado personalmente. Uno llega a convencerme de que no tiene que ver con lo que sucede a ras de suelo, o en el cuerpo a cuerpo, aunque lo haya originado y desencadenado y haya pagado porque acontezca."
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